martes, 28 de enero de 2014

El día que Zipi se despidió de Zape


No soy yo muy de prodigarme y menos en público acerca de mi opinión sobre temas tan comprometidos como la política, la situación del país, etc., pero hoy voy a decir que me cago en la mierda de crisis que hace que una amiga se vaya a Estados Unidos a probar suerte porque aquí no encuentra trabajo. Y sé que allí lo conseguirá, porque ella lo vale y allí sabrán valorarlo.

Estoy enfadada. Tanto que el día que me enteré no podía parar de llorar y aunque delante de ella disimulaba y me “alegraba” por su decisión en realidad me sentía como si Zipi tuviera que despedirse de Zape.

Estoy segura que en el blog ya habré hablado de mi amiga Maca pero si no, hoy es su momento.

Maca es de esas amigas que no ves o no hablas con ellas desde hace meses y parece que fue ayer. Es una amiga de las de verdad y a pesar de que somos totalmente opuestas nos compenetramos a la perfección. Y la adoro, esa es la verdad.

Nos conocimos en la playa hace unos trece años y desde ese momento nos hicimos inseparables y decidimos caminar juntas en esto que llaman vida.

Ya nos hemos separado otras veces como cuando ella se fue a estudiar a Florida o cuando yo me fui unos meses a Inglaterra pero esta vez es diferente porque no sé cuando volverá. Ella me consuela diciéndome que no conseguirá trabajo y estará conmigo de nuevo en un mes pero yo sé que no será así…ASI QUE NO DESCARTO QUE EN UNOS MESES NECESITE VUESTRA AYUDA PARA RECOGER FIRMAS Y ASI CONSEGUIR QUE MI ONCÓLOGA ME DEJE VIAJAR PARA VISITARLA (que yo un año sin mi Maki me muero).

Es tan tan especial lo que nos une que ella me asegura que le duele irse por dos personas: por Juanito (el hijo de su mejor amiga) y por mi…TE COMO MACARENA!!

Asi que hoy, volviendo a casa después de despedirme de ella con lagrimones en los ojos y con la mitad de su armario que me ha prestado en su ausencia pensé en cómo se sentiría Zipi si tuviera que despedirse de Zape y en cómo sería su carta de despedida.

Querida Zape,

Tanto tiempo juntas que se me hace raro decirte un hasta luego sin imaginarme que aparecerás en mi casa y te tumbarás en mi cama para pasar juntas una tarde “tonta” más como sólo tú sabes.

Sé que debes hacerlo y con el corazón partío te deseo toda la suerte del mundo, te lo mereces.  Sabes que me iría de tu mano si no estuviera malita, pero esta vez me toca quedarme.

Cuídate mucho, sé que lo harás y disfruta todo lo que puedas. Yo seguiré haciendo planes para las dos, como cuando te digo que quiero que duermas conmigo el día antes de mi boda para que tú me tranquilices con una mirada o como cuando te cuento que sé cuánto querrán mis hijos a la “tía Maca”.

Gracias por ser la persona que conoce mis secretos más íntimos y guardarlos. Por hacerme reir por las cosas que me avergüenzan y ayudarme a aceptar con valentía las que más me asustan.

Porque tú has conseguido que la palabra amistad tenga un significado más allá. Y porque te voy a echar tanto de menos que no te lo puedo explicar.

Gracias por estar tan pendiente de mi estos meses y repetirme una y otra vez que me ves genial.

Buena suerte Zape, aquí te espero.

Te quiere             


 Zipi




miércoles, 22 de enero de 2014

Empezando el año y regresando a la misma vida que en el 2013

Llegan los primeros días del año y todo el mundo te da ánimo para "la vuelta al cole". Creo que de toda mi gente he sido a la que más le ha costado volver aunque siga de baja y no me haya incorporado al trabajo.

Después de todos estos días rodeada de familia, recibiendo mensajes de ánimo y cariño y estando ocupadísima haciendo 200 cosas, vuelvo a mi día a día y me entra el bajón al darme cuenta de que todo sigue igual.

Para ser justa os diré que voy a días, como es esta enfermedad, y hay días que me como el mundo y creo que puedo con todo y otros en los que "me cago en todo" y nada me consuela. En los días que estoy bien trato de valorar las cosas que me hacen feliz y autoconvencerme de que no todo es tan negro. Y afortunadamente los que me rodean hacen todo tipo de esfuerzos porque los días que "les toca" sean para mi inolvidables.

Mis amigas de baile me han prometido que cuando nos recuperemos todas volveremos a bailar (os adelanto que puede ser dentro de dos meses y por no decepcionarlas estoy firmemente convencida de que voy a empezar a entrenarme) y a Celia que la tenemos lejos, le doy las gracias por conseguir hacer mínima la distancia entre Madrid y Kensinghton con una llamada de skype.

El día 4 celebré con mis amigos de Rivas nuestra "típica" cena de Navidad y consiguieron que una simple cena fuera muy muy especial. Además bailé tanto que en la discoteca me encontré a un chico que sabía que estaba mala por otro amigo común y el pobre me vio tan animada y bailando tanto que hablaba de mi enfermedad como de algo pasado (y yo no quise romper esa magia y no le expliqué que seguía en plena pelea).

Mis amigas siguen haciendo como si todo fuera como antes. Organizan salidas de chicas en las que yo en lugar de a copazos paso la noche a base de granadina con kiwi como si se tratase del cóctel más explosivo. Mariu y a Raquel por abrazarme en una esquina y ponernos a saltar de alegría por vernos aunque nos hayamos visto el día anterior, y Raquel por dedicarme su semana de vacaciones y hacer tantos planes que nos llevan hasta Toledo.

Los geniales De Otra Manera hacen conciertos los miércoles para que yo sea la última en recogerme y encima me dedican una canción.

Mi familia siguen en la lucha...mi hermana me necesita taaanto estos días que consigue que lo deje todo por acompañarla, mi madre consigue que ver una serie con ella sea el mejor plan para un martes por la noche, Ernesto estos días me ha hecho acompañarle al médico porque dice "que yo me apaño muy bien en los hospitales" y me hace prometerle que cuando seamos padres yo me encargaré de los médicos de los niños (no os parece adorable?), y mi padre por aguantar mis malos humos que últimamente pago mucho con él (es mi forma de pedirte perdón).

La última sorpresa de mi amigo Guillo...Decidió que como soy tan coqueta nada me podría gustar más que una sesión de maquillaje con una maquilladora profesional, y así consiguió que Ana me convirtiera en princesa por un día...y me enseñara mil truquitos. Gracias a los dos!! Sois geniales!!

Suerte en tu nueva aventura Ana y que sepas que fue un placer conocerte.



Y por supuesto todos los que aparecen en forma de whats app cuando peor me encuentro sólo para preguntarme cómo estoy y los que llaman y rellaman esperando a que a mi me apetezca hablar.

Asi que hoy sólo quiero demostrar que mi vida es más normal de lo que creo. Porque todo el mundo tenemos días malos y hay que dejarse ayudar por los que nos quieren (como siempre me dice Ernesto) para que los días sean más llevaderos. Y así os puedo decir que hoy estoy más animada.

En cuanto a la parte médica...os diré que aunque mis defensas han subido y mi hemograma está de cine, las transaminasas también están altas y no me han podido dar la quimio. Cuando ayer estaba en el hospital y me estaban sacando sangre para la analítica la enfermera me preguntó que si estaba contenta con el catéter y yo me quejé de que estéticamente está un poco "pa fuera" y se nota mucho y en cambio el de mi madre no se nota nada. Y entonces le conté un poco la historia de mi madre y ella me dijo "madre mía, pobre tú padre con las mujeres de su casa" y yo para quitarle hierro al asunto porque no soy yo de dramas le dije "bueno, hemos salido defectuosas pero fuertes". A ella la frase le encantó pero lo que me gustó a mi es que ninguna frase nos podía definir mejor.

Estoy convencida que la semana que viene seguro que hay más suerte y me ponen la quimio, y así esta semana no estoy revuelta que tengo muchas cosas que hacer y muchos planes.







lunes, 13 de enero de 2014

Mis últimos días del año

El día de Navidad amanecí fatal a pesar de que durmiera con mi hermana y eso me encantara. Me desperté con el mayor resacón de mi vida pero la noche anterior no había probado ni gota de alcohol. Estaba con esa sensación con la que te levantas el día después de irte de fiesta hasta las 8 de la mañana con un dolor de cabeza y un malestar general que crees morir y entras en el baño y no sabes si lo que te apetece es ducharte, vomitar o hacer aguas mayores (poner el verbo cagar me parecía muy brusco). 

Nota: Me encantó compartir ese momento con mi amiga María vía whats App con la diferencia de que ella sí había salido de fiesta. Pero lo importante fue que tenía a alguien que entendía mi sensación a la perfección.

Estábamos en el baño Marta y yo porque me estaba curando la cicatriz de la biopsia y la pobre por consolarme me dice: "no te preocupes si no tienes hambre, yo cuando tengo resaca lo que más me apetece es comer aceitunas".

Aclaración: Desde que empecé con la químio y mi apetito y apetencia por la comida ha variado notablemente hay algo que me apetece a todas horas y son las aceitunas. Entonces os sorprenderá si os cuento que según Marta dijo la palabra aceituna empecé a vomitar. (Mi primer vómito de quimioterapia).

Avergonzada por la situación, de nuevo Marta intentaba consolarme "anda boba, si nosotras en el hospital vemos esto todos los días".

Ya recuperada fui al salón y haciéndome la machota delante de mi abuela como si  me encontrara como una rosa le di los buenos días. Y mi abuela me conquistó cuando me dijo "tu también te has tenido que tomar un paracetamol, verdad? Yo me he levantado con un dolor de cabeza...así que no te preocupes que pasamos juntas nuestro maletar. Yo te cuido y tu me cuidas".

Y aunque no probé los carabineros que mi padre con cariño me había comprado no pude resistirme al salmorejo que mi primo Chus me hizo bajo las directrices de mi tío Jesús que es un experto cocinero.

Los siguientes días fueron peores. Mi día se resumía en náuseas, fiebre, sólo comiendo yogures y discutiendo con mi madre porque trataba de pactar conmigo que comiera algo más, con el pobre Ernesto aguantando mis malos humores, mis "es que no me entendéis" o "yo ya no puedo más" y viendo pelis con mis padres (los pobres se tragaron más de un bodrio).

Y también con la arriesgada visita de María quien me hizo pasar un día genial y quien arriesgó su integridad física por achucharme (no me apetecía ver a nadie y ella a pesar de todo se plantó en mi casa. Cuando oí el telefonillo y mi madre me dijo que había venido Maria los gritos se oían desde el portal. Y aún así ella entró en mi casa. Eso es amistad).

Y por supuesto la visita de Mary a puntito se ser mamá, de Bea y de Sandra; y de Ely, Raquel y María ; y las mil llamadas de quien no podia acercarse pero si llamar.MAREADA PERO ENTRETENIDA.

Y lo que más me alegró es que el día 29 de Diciembre que mis padres hacían 30 años de casados pudimos comer por ahí los cuatro, Marta y yo tras una maratoniana mañana conseguimos todos los regalos y sorprender a mis papis. (Sólo por estar treguas pasaría muchos días malos más).

Y llegó el día definitivo. El día 30 mi oncóloga me daba permiso o no para pasar la Nochevieja en Guardamar ya que si seguía malilla no podría viajar. Pero llegó otra tregua de esas que sales de la consulta como si te hubiera tocado el premio gordo de la lotería. Me dejaron ir y yo sólo pensaba en la cara de mis abuelos al verme llegar, en mis paseitos por la playa, en mis tardes en la mesa camilla dando cabezadas con mi primo Álvaro...y todas las cosas que pude hacer en un día y medio que me dio la vida y que darían para 10 posts.

Sólo quiero dar las gracias a mi familia. Por ese gran abrazo cuando sonó la última campanada y esas lágrimas que cayeron...esos ratitos que dan sentido a todo y que lograron que ese día y medio fuera la mejor manera de terminar el año y empezar el nuevo.

Y para cerrar el 2013 quiero dar las gracias a todos aquellos que os acordasteis de mi en vuestros deseos del 2014. Entre los míos había uno muy importante...QUE TODA LA GENTE QUE HA CONSEGUIDO QUE ESTE AÑO HAYA SIDO MÁS LLEVADERO SIGA CONMIGO.

Feliz año a todos 




jueves, 9 de enero de 2014

Feliz Navidad

Así soy yo, que felicito la Navidad con bastante retraso pero estos días no he parado y no he tenido tiempo para contaros mis Navidades que ya adelanto que han ido muy muy bien.

En el último post os conté como fue mi último ciclo de quimio que fue el día 23 de diciembre por lo que ya intuía entre lloros que estoicamente aguantaron mi familia, Ernesto y mis amigos, que esos días iban a ser muy revueltos.

Mi primera preocupación se centraba en sí iba a poder acudir al Rulo el día de Nochebuena al medio día. 

Explicación: El Rulo es el bar en el que nos reunimos mis amigos y yo casi siempre y es uno de los bares más míticos y conocidos de Rivas. Todos los años el día de Nochebuena todo el mundo va allí a tomar el aperitivo y sin darte cuenta entre cañas e incluso copas (los más valientes) te plantas en las 7 de la tarde, has visto a medio barrio, te das cuenta que tu madre te ha llamado 300 veces para que vayas a recoger a tu abuela y llegas a tu casa con un buen rollo y una alegría que tu padre te manda a la ducha (a quien no le haya pasado eso no ha vivido la Nochebuena del Rulo). Hace dos años mi hermana y yo descubrimos que no había un plan mejor para pasar el medio día del 24 de diciembre.

Pero como ya os he dicho estaba convencida que este año yo no iba a ir. Me enfadé con Ernesto porque este año él quería ir, y lloré muchísimo porque esto era lo que no quería que pasara, que mi enfermedad me impidiera hacer cosas que me gustan y que me alegran.

Ernesto para animarme suele recurrir a la historia de un pajarito que le dice que todo va a ir bien, que me pondré buena, que recuperaré mi vida, que podría ir al Rulo...pero hay días que su pajarito no me convence.

Ocho y media de la mañana del día 24. Me despierto. Tras hacer un repaso de mi cuerpo y ver que no hay dolores aparentes y que me encuentro bien escribo en el grupo de wass up de mis amigos de Rivas: "Chicos he dormido como un bebé y ni náuseas, ni fiebre ni na de na. Quiero ir al Rulo y daros un achuchón"

Decidí volver a dormir para no forzar y porque soy una marmotilla. Y a las doce ya me desperté. Y llamé a mi madre para que ella comprobara que estaba en perfecto estado y me diera su beneplácito para ir al Rulo. Y mi padre se ofreció a llevarme y recogerme.

De repente la vida me prepara otro de esos momentazos con los que aburriré a mis nietos. Fui a casa de mi amigo Diego que no iba a ir al Rulo porque está preparándose el MIR y que me pidió que me pasara por su casa para darme un beso. Después de resumirle mi última quimio y las últimas noticias de los médicos me dijo que tenía algo que quería darme desde hace tiempo. Diego había decidido cortarse una de sus características rastas que llevan con el años y que yo me quedara con ella. Es de los regalos más bonitos que me han hecho nunca por su significado. Porque tengo una parte de él porque para él soy especial. Y cuando me la dió lloré y el me prometió que todo iba a ir bien...Gracias DIeguis, no sabes lo importante que me has hecho sentir, gracias por estar ahí siempre.

Y por fin llegué al Rulo y os diré que tardé hora y media en andar 20 metros. Me llovían los abrazos, los besos, los achuchones, las caras sonrientes sólo por verme, las palabras de ánimo...me sentí Madonna y me sentó de lujo (como cuando te comes un buen cocido y tienes tiempo para echarte una buena siesta).

Así que hoy quería dar las gracias a mis amigos por estar pendientes de mi y desplazarse a los sitios que no había corriente "para que no coja frío pelonchi"; a Ernesto por darme besos con tanto ímpetu que casi pierdo la peluca en unas 20 ocasiones; a la gente que se alegró tanto de verme (como los padres de Ale, el padre de Andrea, Ruth, Marina, Elena, Lorena, Andrés, Alex, amigos de Ernesto...y toda la gente que se me olvida) y a las chicas que a las 5 de la tarde todos los años empiezan a cantar villancicos porque ahí me vine arriba y me arranqué a bailar con más ganas que Lola Flores.

Nota: Me gustaría señalar las caras de "esta tía está loca" cuando me decían que me veían muy bien y yo les contestaba que la última quimio me la habían dado el día anterior.

Cuando llegué a mi casa parecía un niño tras su primer día de Granja Escuela. "Si me hubieras visto mama. Todo el mundo quería darme un beso, preguntarme que tal..." Estaba emocionada.

Y la noche fue genial. Porque mi familia sabe como hacerme sentir bien y hacer que sea una noche muy buena. Nos reímos, como siempre nos hicimos mil fotos, mi amigo invisible acertó con los regalos, brindamos y sobre todo no hubo lamentos ni caras tristes. Gracias familia.

Pero cuando todos se iban a casa llegó el momento en el que todos los años yo voy a Rivas y salgo de fiesta. Pero este año yo a esas horas de la mañana ya tenía las pilas descargadas...y cuando iba a empezar a llorar o a lamentarme apareció Marta y empezó a darme las razones por las que no tenía que salir de fiesta. "Olgui hace frío, si te acuestas ahora mañana estarás más descansada y te encontrarás mejor, además pagar 15 euros para tomarte dos coca colas es un robo, meterte ahora en una discoteca a pasar calor, a que te empujen niñatos...yo no voy porque no me da la gana" y además el wass up de mis amigos mostraba cada vez más bajas así que no era la única rara en irme a dormir.

Con mi hermana en la cama de al lado me fui a dormir porque "más vale una retirada a tiempo".

Frente a todo pronóstico tuve un día de Nochebuena muy normal y a la vez tan especial...

Gracias por no equivocarte pajarito!!