Bueno, está claro que después de que te detecten cáncer todo ya es malo, pero haciendo caso a mi médico J. aparte de la medicina hay algo llamado "estimulina" que es más barato que cualquier otro fármaco, que te lo pueden dar tu familia, tus amigos... y que hace que te encuentres bien incluso cuando piensas que no puedes más. Asi que J. cuando me leas que sepas que estoy de estimulina hasta las cejas y por eso entre otras cosas he empezado este blog.
En fin, los que me conocen ya saben que me lío, me lío y me pongo a hablar y se me va el santo al cielo. Asi que como comenzaba...vayamos a las pruebas.
No es ya el hecho de que estés mala si no que para curarte (que ya os he prometido que lo haré) tienen que hacerte 3 millones de análisis de sangre, 250.000 perrerías y un sin fin de paseos por pasillos de hospitales que gracias a que siempre me acompañan amigos de mis padres (que afortunadamente tienen muchos porque ellos lo valen) que nos guían por pasillos y demás que si no, seguía yo buscando la sala para hacerme el primer análisis de sangre.
Como ya os he dicho llevo ya unos meses de pruebas, y salvo las ecografías de mama que mi queridísimo L me hacía con dedicación y cariño (no porque sea yo, lo hace con todas sus pacientes pero conmigo más aún) y los análisis de sangre que me hacía el enfermero de mis amores I, pues después de detectarme todo ya me toca ir conociendo a más gente que debo de decir que, salvo un caso, ha sido un placer que se cruzaran en este duro camino.
No quiero olvidarme de nadie.
Cuando me hice la resonancia me tocó una técnico que hablaba un montón y que yo no paraba de asociar con mi amiga Nerea que está estudiando para ello; y un estudiante al que le daba más vergüenza verme las tetillas que a mi darme cuenta de que llevaba las medias rotas por los dedillos y a ver qué iba a pensar (os digo que soy un caso peculiar y coqueta a más no poder).
Luego me hicieron la punción, un WAG o como se llame que a mi me vendieron como una pruebecilla rutinaria más y que desveló lo peor. Pero vamos que el de hoy no es un post triste sino positivo.
En dicha punción tenía una enfermera encantadora, que me explicó con mucho cariño en qué consistía cada cosa que me iban a hacer (cosa que agradezco porque si no una se tira todo el rato pensando "ay seguro que me duele, ay seguro que ahora no se qué...y si te lo explican pues estoy más relajada); un médico muy gracioso que a todas nos llamaba niñas con lo cual no sabía yo muchas veces si me preguntaba a mi o a las enfermeras; y mi L. mi atractivo doctor que ahí estaba viendo cómo me hacían la prueba (yo creo que ya sabiendo la que se avecinaba) pero sonriéndome, transmitiéndome serenidad como sólo el sabe y aguantando el tipo. ¡Gracias L.!
He de citar también a los que aguardaban a mi salida en los pasillos con mis padres y que esperaron conmigo mientras esperaba a la segunda punción. Mi cariñoso y siempre presente I. con mi madre, entreteniéndola, contándonos historias y tranquilizando a mi padre quien pobre de él salió hasta en cuatro ocasiones a poner el dichoso parkímetro, y un encantador enfermero C.M.T también amigo de mis padres del que además de su inmensa sonrisa y los achuchones que me daba (recién salida de una punción un achuchón no es muy recomendable, pero no quería yo que pensara que soy una arisca) recuerdo su mítica frase "Qué, ¿Ya te han tocado y mirado bien la tetilla?"
Nota: Para llevar bien una enfermedad como esta cambiar la palabra pecho por tetilla te hace sonreír si o si.
Hago un alto en mi post (un poco largo pero si no os lo leéis de una vez no os voy a regañar) para citar a mi ginecólogo y a su enfermera. Dos personas que cuando conocí dado a lo hipocondríaca que soy les avisé al decirles "os va a encantar haberme conocido" y después de ver las lágrimas de Mariluz, la enfermera, al enterarse de mi cáncer y de oír a mi ginecólogo como me confesaba que después de enterarse no había pegado ojo en toda la noche, creo que si, que les ha encantado haberme conocido.
Sigo con mis pruebas, y llega el PET TAC o como se diga que lo mío nunca ha sido la medicina.
También acompañada por mi corte (ríete tú del rey) llegué a medicina nuclear con mi gordi (mi
increíble novio al que no sólo le dedicaré un post sino una vida entera), mis padres (incondicionales siempre), otro amigo de mis padres que se acercó sólo a darme un beso y el Doctor Estimulina que ya se encargó de comentar a las enfermeras y demás personal sanitario que yo era como su hija y que cuidaran de mi.
En fin, después de verme el doctor y explicarme un poco en qué consistían las pruebas conocí a la enfermera que estaría a mi lado en esta larga prueba (entré a las 5 de la tarde y salí a las 8.30) quién me conquistó cuando nerviosa por el pinchazo me dijo "tranquila que yo la sangre la saco sin aguja" y aunque sé que no era posible os juro que ni noté la aguja. Y tras inyectarme aquello me despedí de mi familia como un soldado que se va a la guerra y me vi en un cuartito, esperando durante una hora y media a que lo que me habían inyectado hiciera efecto.
Tengo que explicar desde aquí que aunque durante esa hora y media no noté nada e incluso me quedé dormida es increíble la velocidad a la que puede ir tu cabeza y la angustia que te entra más aún cuando sólo lo sabía mi familia, la familia de mi novio, y mis amigas (las del cole que yo tengo muchos círculos oiga). Insisto que una de las cosas más difíciles de mi enfermedad es contárselo a la gente.
Ya pasé el TAC y sus "efectos calientes" en zonas de mi cuerpo (comentaré esto en otro post) y me fui con mi radiación a casa de mi hermana que ese día fue el elegido para contárselo a algunos de mis amigos ripenses.
La siguiente prueba que tuve fue la biopsia (conocí a mi oncólogo antes y al médico que me está llevando el tratamiento de fertilidad pero ya haré yo un post a los médicos). Casualidades de la vida una de las oncólogas que conocí en dicha punción, Sara, era MIR hace 8 años en el hospital en el que mi madre estaba muy muy malita y lo primero que me dijo al entrar en la sala en la que estaba fue "Hola Olga, quiero que sepas que si yo vi curarse a tu madre contigo tengo que hacer lo mismo". En fin, que mientras me hurgaban en la tetilla para tomar muestras del tumor, la supervisora de enfermeras, Pilar, me cogió de la mano y me dijo "Bueno Olguita, ahora te toca ser muy muy fuerte. Te darás cuenta en estos meses que somos una gran familia porque nos veremos un montón. Puedes gritar, llorar, reir...ahora tú eres la importante. Mira yo estaba pensando en prejuilarme..." y en ese justo momento, yo que estaba inmersa en una llantina de esas que no puedes dejar de llorar y que podrías llenar tres océanos, freno su tierno monólogo para gritarle "Tú hasta que yo no pase todo esto no te jubiles por favor". Asi que me parece a mi que la pobre Pilar este 2013 no se jubila porque me lo prometió, y ya sabéis que para mi las promesas...
Sin olvidarme de que mientras yo tenía mi momento con Pilar digno de una película de Antena 3 de sábado después de comer que pones para quedarte frita y al final te engancha, el médico seguía ahí hurgando en la tetilla y diciendo la frase que les encanta a todos los médicos de "Venga Olguita, que lo estás haciendo muy bien". A lo que yo, que no me da la gana de callarme nada, le dije "Si, yo lo estoy haciendo bien pero tú te has venido arriba y lo que eran tres pinchacitos llevas ya 10, porque los estoy contandooooo" (QUIERO RESALTAR QUE A MI ONCÓLOGO LE CONTÉ ESTA HISTORIA Y LE CONQUISTÉ).
Y si mal no recuerdo, ya sólo me queda contaros mi hazaña de ayer. Que parece que son pocas pruebas pero estoy ya reventada y esto no ha hecho más que empezar.
Me tenían que poner el portacart o como se escriba (admito consejos de quienes sepáis cómo se escriba para no defraudar a mis lectores) y ahora mismo, que me tiran los puntos lo recuerdo como una de las peores cosas que he pasado, pero que seguro que en tres días ni lo noto.
En esta prueba hago una mención especial a mi Lola (la madre de mi amiga Lety) y a su prima Inma que tuvieron el detallazo de estar ahí a mi lado, diciéndome en cada momento que el médico me estaba cosiendo muy bien y hablándome y sonriéndome. Fue como tener ahí a mi madre y a mi tía y aunque no se si ellas lo leerán pero por si acaso aprovecho para darles un MILLÓN DE GRACIAS.
Y bueno chicos, creo que no se me pasa nada y aunque querría subiros una foto con alguna de mis perrerías no las puedo subie pero os dejo una reciente para que los que hace mucho que no me veis y que pensáis que igual estoy flojita o más delgada o...PUES NO, CHICOS SIGO COMO SIEMPRE Y CON MÁS FUERZA QUE NUNCA.