viernes, 18 de octubre de 2013

Mi primer día mundial del cáncer de mama

Todos los años este día ha tenido un significado especial porque era el día en el que dedicaba unos minutitos a pensar en mi madre y en todo lo que me ha demostrado con respecto a esta enfermedad.

Este año, sin yo quererlo, este día no se lo he dedicado sólo a mi madre sino que también me ha tocado dedicármelo a mi.

Lo que no sabía yo es que mi gente, esos que me dan fuerzas cuando mis alas ya no pueden volar, esos que cogen las piedras del camino y las apartan, esos que desde Febrero se pusieron a mi lado para caminar juntos...habían decidido que HOY FUERA MI DÍA Y DEMOSTRÁRMELO.

Todo ha empezado esta mañana, a las 8.15 de la mañana cuando mi amiga Elisa me ha sorprendido diciéndome a través de una carta enviada a la radio que está ahí, a mi lado, dispuesta a luchar conmigo.

Después mi amigo Javi se hace una foto preciosa con un cartel en el que pone "Va por ti Olga", otros comparten en Facebook mi blog, me escriben palabras que sólo me hacen llorar y sentirme afortunada porque hoy mucha mucha gente me ha dicho que me quiere y me ha recordado que están a mi lado.

Y yo sólo puedo dar las gracias. Gracias porque aunque haya tenido mala suerte con la enfermedad, la vida en forma de familia y amigos hoy me recuerda que puedo, y si flojeo...ahí estarán ellos y yo sé que con ellos no se puede, siempre están ahí al pie del cañón, aguantando y sacándome la mejor de mis sonrisas.

Todavía no tuve tiempo de contaros a todos que ahora estoy descansando de la quimioterapia. Después de 7 meses de tanto chute ahora toca recuperarme un poquito y después del TAC que tendré el próximo día 31 los médicos evaluarán cuáles son los próximos pasos a seguir. Asi que mientras toca respirar, descansar, cuidarme y dejarme querer. Que ya sabíamos que esto iba a ser poquito a poco.

Y en mi ánimo por hacer cosas, bien porque soy un "culo inquieto" o bien por tener la cabeza ocupada, me llevó ayer a la IV Jornada Viaje a través del cáncer de mama. Mitos, leyendas y realidades de la enfermedad. Me enteré de dicha conferencia gracias a mi compi Natalia que supuso que me interesaría y aunque os reconozco que la pereza y la inapetencia a veces por hacer las cosas hizo que me apuntara a última hora, se la recomiendo a todo todo el mundo.

Allí me vi yo, yendo a una conferencia sólo y únicamente porque me interesaba la información (normalmente iba a conferencias de este tipo por motivos de trabajo, porque me daban créditos...) y sola porque nadie me podía acompañar (a pesar de mi absurdo problema en ir sola a los sitios).

Nada más entrar al hospital donde se daba la charla una señora que venía de frente le dijo a la que justo iba delante de mi: "Hombre Fulanita, ¿ya has salido del armario?" En ese momento pensé que era de muy mal gusto preguntarle sobre su orientación sexual, hasta que me di cuenta por la forma en la que se tocaba el pelo que se refería a que por fin se había decidido a salir de casa sin peluca ni pañuelo. Y entonces sonreí y pensé "Espero que no me quede mucho para ser yo la que salga del armario".

Al entrar en el salón en el que iba a ser la charla nos iban dando una rosa a cada una. Me fui arriba. Quería tener una visión global de todo y no perderme nada. La mayoría del público de la sala eran mujeres. Mujeres la mayoría con el pelo muy cortito...pero una sonrisa enorme. También relucían las pelucas como la de una servidora y los pañuelos puestos de mil formas diferentes. Y yo mirando a todos los lados, tomando notas en mi cuaderno para que luego no me quedara nada por contar.

Lo primero que me viene a la cabeza es que en esa sala olía a vida, en esa sala no había miedo. Había mujeres que abrazaban a otras mujeres, que sonreían, que estaban tan bonitas...y todas con un PUTO denominador común: el cáncer de mama.

Son muchas las cosas que aprendí ayer y que estaré dispuesta a compartir con quien quiera. He de confesar que hasta lloré. Pero salí tan reforzada... Había mujeres que lo habían padecido muy jóvenes aunque quizá la más joven de la sala fuera yo. Vi mujeres con bebés que habían tenido tras superar la enfermedad. Vi maridos que sujetaban las manos de sus mujeres tal y como ya había visto hacerlo a Ernesto y a mi padre...

Y aprendí que nuestra vida no es sólo nuestra, es también de aquellos que están a tu lado y luchan contigo. Aprendí que hay que ser fuerte, muy muy fuerte para poder con esto. Que tal y como dijo ayer una de ellas es importante "querer tirar para adelante por encima de todo". Me encantó la que relató que no había experimentado nunca momentos tan felices como cuando estaba enferma, porque a mi me pasa igual. Me inundó una gran sonrisa cuando la periodista Inés Ballester explicó que se conforma una unión inquebrantable con tu pareja, y me enfadé con la médico que nos obligaba a superar el cansancio con ejercicio.

Pero sobre todo salí esperanzada porque aunque a día de hoy mi cáncer no tenga cura si hay un futuro y a través de los ensayos clínicos y de la investigación algún día podré gritar que estoy bien. Porque eso era lo que había prometido, ¿no?



sábado, 5 de octubre de 2013

Derrotada por una mierda de resfriado

Si, este es mi estado. Yo, quién decidió enfrentarse a un cáncer y no dejar que éste pudiera conmigo. Yo, que para mucha gente soy lo más parecido a una heroína. Yo señores, me he visto superada por una mierda de resfriado que no indica más que la despedida del verano, la llegada del otoño y que mi madre tiene que hacer el cambio de armarios con carácter de urgencia.

Para los listillos que en este momento digan "No es el resfriado Olga, tu bajón es un cúmulo de todo" os recuerdo que no voy a permitir que se me vea flojear ante la bestia asi que repito que el que me tiene fastidiada es el resfriado. Y punto.

Muchos sabéis de que tipo de resfriado se trata porque sin ánimo de ser mal agorera o lo habéis pasado u os queda un tris. Es de estos que te atrapan en la cama, que cuando te pones a estornudar te planteas si estarán registrados tantos estornudos seguidos en el Guinnes de los records y los ataques de tos te hacen dormir en una postura de abuela indescriptible. Y de estos que te quitan el apetito porque cada vez que algo pasa por tu garganta la sensación es como miles de cuchillos arañándola, por lo que tu dieta se basa en zumo de naranja porque así no te pones mala (ya lo estoy por lo que no le veo el sentido de tomarlo ahora y no ANTES), caldo de mamá y agua, mucho agua porque te deshidratas. Bueno, yo es raro que no coma algo más, que confieso que sí lo hago pero también os diré que ayer me miré al espejo y me salió un "Guau, que llamen a Elle Macpherson porque EL CUERPO ahora soy yo". De estos resfriados en los que tus articulaciones parecen las de tu abuela, la cama te atrapa y el pijama se convierte en tu segunda piel.

En fin, resignada a mi estado aclararé también que las desgracias nunca vienen solas y que hay una máxima en la vida de todo ser humano y es que "NADIE SABE CUIDARTE COMO UNA MADRE" y la mía justo este fin de semana está de viaje (a pesar de que se fuera casi con lágrimas en los ojos mezcladas con un sentimiento de culpabilidad terrible. Tranquila mamá, tengo 26 años y si he sobrevivido a un fiestón en Ibiza creo que esto no podrá conmigo).

Así que aunque Ernesto viniera casi con el traje de superhéroe dispuesto a salvar a su amada princesa de las garras de la terrible gripe...NO ES LO MISMO. Porque a pesar de que me abrace y me prometa con un abrazo que me voy a poner bien (es muy mono, lo sé) y esté dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que me ponga mejor... no sabe dónde está el paracetamol, ni la leche, ni sabe hacer los collarines mágicos de mi padre que te quitan la tos...¿Entendéis por qué me tiene derrotada la maldita gripe?

Pero bueno, a veces los planetas se alinean y Telecinco decidió ayer entrevistar por primera vez a Paquirín en una entrevista que nadie ha visto pero que rompe con las audiencias y a mi me pilló en casa y a Ernesto tan indefenso que sólo pudo dejar que la viera. Además de que me preparó la cena que aunque era calentar una tortilla hecha por su abuela (que es su especialidad y están de olé) estaba ahí dispuesto a cuidarme y a dedicar su viernes sólo a mi (Al final no es todo malo lo de la gripe).

Y como no me gusta quedarme nada para mí os confesaré algo que os dejará con la misma cara que cuando os enterásteis de quiénes eran los reyes magos...El primo de Zumosol del cáncer es el resfriado, a ése si que hay que tenerle miedo.

Lo que no sabe es que yo me vengo arriba con las enfermedades y que aunque me pilló despistada ya me encuentro mucho mejor. Ya veis, al final mis problemas van a ser los mismos que los de todo el mundo y el típico añusgamiento y las ganas de no hacer nada que trae consigo el resfriado no es símbolo de debilidad...es un aviso y tengo que seguir palante.