jueves, 26 de febrero de 2015

Vivir

Bueno, creo que me enfrento, sin quererlo, al post que más me ha costado escribir.

Me gustaría pedir perdón a los seguidores de mi blog que buscan más actividad en él, pero afortunadamente tengo una vida personal muy ajetreada y además el año pasado decidí embarcarme en la aventura del Grado de Educación Infantil, y la verdad es que no paro.

Por otro lado, quería terminar con la polémica abierta en el último post.

En primer lugar quiero aclarar que mi blog no es un blog en defensa del cáncer de mama metástasico. Sé que lo tengo y me duele recordarlo, así que no quiero que a través de mi blog se me recuerde que tengo una enfermedad que no tiene cura y no sólo por mi, sino porque tengo una familia y amigos que leyendo esto sufren.

Mi blog tiene el único fin de servirme como terapia para expresar lo que siento, para hacer a la gente que me quiere y con la que no puedo hablar tan continuamente saber de mi, y sí puedo ayudar a gente que esté pasando por la misma situación que yo mejor que mejor.

Como bien explica mi doctor y amigo Jesús en su primera clase cada curso NADIE SABE CUANDO VAMOS A MORIR.

Mientras, YO SÓLO PIDO QUE ME DEJEN VIVIR. Vivir ilusionándome con cualquier tontería. Vivir para que me llame mi prima de 14 años para contarme que en su clase tenían que hacer un trabajo sobre la persona a la que más admiraban en el mundo y que me diga que ella lo hizo de mi, vivir para planear con Ernesto cuánta gente invitaremos a nuestra boda, vivir para desear que mi hermana y mi cuñado me den un sobrinito, vivir para discutir con Ernesto cómo se llamarán nuestros hijos y que mi madre me asegure que se compraran un coche más grande para llevar las sillitas de los niños, vivir para comprarme un chalet con piscina y celebrar allí los cumpleaños de mis hijos, vivir para ir a la boda de mi mejor amigo, vivir para seguir a dieta y conseguir ser la madre más buenorra del colegio, vivir para grabar una película y conseguir un Goya (que ya tengo pensado mi discurso), vivir para rechazar a Sergio Ramos cuando venga a mi casa a conquistarme, vivir para seguir completando mi cuaderno de cosas que quiero hacer cuando me ponga buena y que quiero cumplir...

Sólo quiero eso, vivir. Y sí en todas esas cosas tengo que estar con mi bolsita de medicamentos al lado, no me importa.

Porque los besos y los achuchones no curan pero dan vida. A mi me da vida que mis amigos anulen cualquier plan por estar conmigo; me da vida que Guillo me siga llamando a pesar de que lleve una semana sin cogérselo; me da vida que mis primos estén esperando a que me dejen beber para irnos de fiesta como sólo los Sanz sabemos; me da vida imaginar como seremos Ernesto y yo de abuelitos y me haga de rabiar diciéndome que será insoportable aposta; me da vida que mis enfermeras me digan que estoy más guapa; me da vida que mi oncóloga me diga que me voy a poner bien; me da vida que mi amiga Laura venga desde Valencia para estar conmigo unas horas o que mi amiga Maria tenga miedo a irse lejos por mi; y me da vida decirme a mi misma que tengo que luchar por mi y por toda mi gente.

Tengo miedo, no lo voy a negar, pero metástasico o no yo voy a seguir peleando por todos los que cada día se "parten el pecho" por mi y porque no sé por qué pero tengo la corazonada y la esperanza de que me queda mucho por vivir.



sábado, 14 de febrero de 2015

Nos podrán ganar batallas, ¡pero la guerra es nuestra!

Querida compañera (y a todas las compañeras que estamos en esta guerra):

En realidad, no sé muy bien como empezar esta carta. 

Esta semana me ha tocado conocer en persona y de la mano de mi doctor Estímulina a Carmen, una nueva heroína que debe enfrentarse a esta aventura y a la que pido que mandéis todos los ánimos del mundo porque todavía está flojita de ánimos, pero ya le dije yo que esto es hasta que te das cuenta que contigo no va a poder nada y que de esto, aunque sea una batalla larga, se sale. ¡Vamos Carmen! Toda mi fuerza y cariño.

Y ayer mi doctor Guapo me pidió que acompañara a una de sus pacientes (de la que no voy a dar el nombre pero que diré que es muy muy cercana a mi) a su primera consulta porque además coincidía que era con mi oncóloga.

Después de estos dos encuentros me he dado cuenta de algo de lo que no era tan consciente y hoy ha sido un subidón para mi. Además, hoy ya 14 de febrero es mi segundo cumpleaños en esta batalla y tengo que decir que aunque es una auténtica PUTADA estos dos años me han recordado la pedazo familia que tengo (mi abuela de la playa cogió un tren para pasar apenas 27 horas conmigo sólo para darme un achuchón), la cantidad de BUENOS amigos que tengo capaces de hacer cualquier cosa por mi (mi amiga Maria se volvió de Londres para celebrar conmigo mis 27 años), LA GENTE de mi gente que cuida de ellos mientras yo no puedo y lo hacen de maravilla, que mi ERNESTO es más bueno que guapo (y eso es una jartá), MI EQUIPO MÉDICO que no entienden de horarios para escucharme y atenderme, y que esta "aventura" me ha traído mucha gente nueva y buena a mi vida o que ha sacado lo mejor de los que ya formaban parte de ella.

Pero hoy quería hablaros de esas mamás que les toca pelear y que tienen mucha más lucha por delante ya que no sólo pelean por ellas y por su gente, sino que en su lucha sobre todo buscan que sus hijos no sufran y estén lo mejor posible.

Yo no soy mamá (espero serlo y lo seré) pero recuerdo como sí fuera ayer cuando lloraba sin consuelo en el colegio con mi profesora de Conocimiento del Medio porque mi madre iba a estar 20 días en el hospital y no sabía sí estaría para mi 11 cumpleaños (Fue cuando le hicieron el autotransplante de médula y para los más curiosos... Lo celebramos juntas). 

Así que hoy, cuando estaba en la consulta con mi nueva compañera y ella contaba que uno de sus mayores miedos era cómo iban a estar sus hijas y cómo iban a llevarlo todo (una por estar en plena adolescencia y otra por ser aún pequeña) ha sido cuando me he puesto a reflexionar en ello (creo que un hijo es el mejor motivo por el que pelear cada día).

Mi oncóloga entonces le ha hablado del libro "Mamá se va a la guerra" en el que una madre le explica a sus hijos que debe batallar contra unos malos durante unos meses y que va a necesitar su ayuda.

Yo mañana me lo compro, pero en Internet podéis ver un pequeño video en el que se resume el libro y con el que vais a alucinar.

Así que sólo os deseo buenas noches, a las guerreras mi ánimo para seguir luchando y sí a la batalla vamos con fuerza y una sonrisa...nos lo comemos a todos. 

Pero como les digo a mis abuelos cuando me llaman y me cuentan sus dolores...¡PACIENCIA!

Por cierto, ni conozco a la autora del libro (que sería un placer) ni cobro por recomendarlo, pero las cosas buenas hay que compartirlas.

Gracias mamá, gracias por ser mi guerrera favorita 


miércoles, 4 de febrero de 2015

Pelonchi ha vuelto

El destino ha querido que este 4 de Febrero lo celebre siendo PELONCHI de nuevo (para los que no os acordéis "pelonchi" es el mote que me puso Ernesto cuando se me cayó el pelo la primera vez).

Y aunque es difícil y duro ver como tu pelo se cae a mechones y saber que vas a tener que volver a sacar la peluca, y a ponerte gorros y pañuelos de nuevo, esta vez no he llorado tanto. Mucha culpa la tiene Ernesto porque mientras me ayudaba a quitarme el pelo me decía " ¿No te das cuenta enana? Es un paso más. Y sí sonríes, es otra batalla que le ganamos". Yo no sé sí servirá de mucho pero como suele tener razón...llevo desde ayer intentando sonreír en todo momento y aunque estoy feita con mi corte a lo Roberto Carlos (calvita del todo no estoy guapa) me empeño en recordarme a mi misma que pasará y el pelo crecerá.

Además, sí en algún momento me vengo abajo porque no soy Superman, hoy no paro de recibir whats app en los que mi gente me felicita por mi lucha, mi muro del Facebook está que echa humo con mensajes de mis amigos animándome a seguir y recordándome lo mucho que me quieren, Ernesto sigue prometiéndome que saldremos de esta, mi familia sólo me dicen que yo tengo aún mucha guerra que dar...

Sólo pido un deseo, y es que encuentren forma de hacer que esta enfermedad desaparezca aunque yo confio en mi equipo médico y como ellos me dicen, en mi caso buscamos cronificarla y así, os siga contando a vosotros mi aventura.

Os pongo el enlace de MI CANCIÓN para que la disfrutéis como llevo yo ya...unas 14 veces sólo hoy.
https://m.youtube.com/watch?v=95q320Hnqhs

Y a los que estáis luchando como yo...¡FELICIDADES! Que hoy es nuestro día!




martes, 3 de febrero de 2015

¡Me duele el pelo!

El miércoles pasado terminé con mis sesiones de radioterapia. Ha sido la primera vez en toda esta aventura que he reconocido a los míos que estaba agotada y que necesitaba descansar (pero no os preocupéis que sigo sin parar y por eso justifico mi ausencia en el blog pero os pido de corazón que no entremos en discusiones porque yo quiero que este blog sea un rincón donde os apetezca a algunos buscar consuelo, a otros informaros de cómo voy, a otros entreteneros, buscar motivos para sonreír...)

En fin, de mis sesiones de radioterapia quiero destacar:

1. Si pensaba que la gente que ya he conocido en oncología estaban hechos de otra pasta...resulta que los de radioterapia también, y terminas las sesiones y hasta te da pena no verles a diario, les echas de menos...
2. Aunque no sepas por qué están el resto de pacientes en la misma sala de espera les dices "hola" y "hasta mañana" con un cariño especial porque al fin y al cabo todos estamos luchando contra el mismo malo y de corazón deseamos que el otro se cure.
3. Ahora entiendo a las embarazadas. ¿Nadie va a comentar que las náuseas es lo peor de lo peor? Ni aunque me pusieran mi plato favorito o me dijera a mi misma que podía comer lo que quisiera (sí, yo soy de ese grupo de personas que todos los lunes empiezo una dieta) podía comer. Y entonces viene lo mejor: que entre que me han bajado los corticoides y me he deshinchado, y las náuseas...¡algo más delgadita sí estoy!
4. Doy calambres. Esto no tiene que ver con la radioterapia en sí (porque le pregunté a las enfermeras y al radiólogo por si era un efecto secundario o que me estaba volviendo loca, y me dijeron que no tenía que ver en sí con el tratamiento sino porque me meten en una máquina pero que no me preocupara).
5. ¡Me duele el pelo! 
Bueno, como sabéis mi tratamiento ha sido en la cabeza para pelear con mi metástasis cerebral (para acláraroslo y tal como me explicó mi oncóloga "para secar el bichito ahora que es pequeño y evitar que se extienda o que de la lata"). 
El caso es que como era de esperar, después de las sesiones he tenido dolores de cabeza y...¡dolor de pelo! Sí, habéis leído bien, como sí me estuvieran tirando del pelo a todas horas, como sí hubiera estado con una coleta tirante y con horquillas durante horas...una sensación horrible, que no me deja ni coger postura para dormir, que parece que llevo collarín porque no me deja mover mucho el cuello y que...está confirmando que el pelo se me va a volver a caer.

Pero sí pensabáis que iba a venirme abajo...es porque no me conocéis. He llorado, no os engaño, pero he secado mis lágrimas con Ernesto (que insiste en que me sigue viendo preciosa) he llamado a la hermana de mi amigo Camacho para que se encargue de mi cambio de look, he bromeado con mis amigas acerca de los pelos que veo cada mañana en mi almohada al levantarme (por sí querían una alfombra persa hecha con ellos), he decidido contárselo a mi abuela con una sonrisa de oreja a oreja y asegurándola que prefiero un pelo más manejable...porque sí todas mis "cicatrices" de la radioterapia va a ser volver a mi look de "Daniella Cardone" en Supervivientes...¡ compro !

Y todavía no tengo fotos con mi nuevo look así que os ofrezco la última que me hizo mi amiga Mariu que tiene una inexplicable forma de sacar lo mejor de mi.



Y para terminar sólo quiero deciros que he aprobado un examen (a pesar de hacerlo con gafas de sol porque aún me mareo al estar delante del ordenador) y que como bien dijeron en los comentarios del anterior post, el sábado salí en la radio y en cuanto tenga el audio os lo subiré. 

Seguimos la aventura...