lunes, 31 de marzo de 2014

Mi primer ingreso hospitalario y mi descubrimiento: mi alma de gitana


Los que me conocen personalmente ya saben que soy un desastre y los que me conocéis a través del blog...creo que ya vais intuyendo cómo soy. Si a ello le sumamos que el post de hoy es el peor que me ha tocado escribir desde que empecé con la aventura de este blog y por consiguiente decidí luchar con el puto cáncer...estáis avisados de que no viene un post ni corto ni bueno...pero lleva 15 días en mi cabeza y voy a intentar hacerlo lo más llevadero posible.

Después de un año plantándole cara a la enfermedad aunque os parezca raro yo convivía más con un resfriado tonto que con una enfermedad bastante mala. Llamadlo estimulina, que igual deberían estudiarme a fondo o...que no se han dado cuenta de que mi quimio llevaba alguna sustancia diferente...

Sea como fuere todo cambió el día 13 de marzo (y a pesar de todo, el 13 sigue siendo mi número de la suerte y todo porque Ernesto me besó un 13 de Julio, pero que no tengo yo intención de que ahora mismo me entendáis, yo sólo escribo y os doy libertad para que me critiquéis, os metáis conmigo o me queráis, que para gustos los colores).

Y por terminar las disculpas antes de meternos en faena diré que ayer escribí la mitad de este post y ha desaparecido en el limbo de los blogs...

Y comienzo con la chicha. El día 13 me levanté con un fuerte dolor de cabeza pero dentro de lo que a muchos os podría preocupar para mi era un dolor de cabeza normal, es decir, me encontraba regular pero vamos que yo soy de toda la vida de jaquequillas de paño de agua fría en la cabeza, de revoltijo de cuerpo y de luz apagada. Así que me levanté con dolor de cabeza y fuera de asustarme (luego soy de las cagonas que me levanto de una pesadilla y enciendo la luz corriendo) pero oye que me duele mucho la cabeza y me vuelvo racional (para estudiarme, insisto). A decir verdad, fue más el susto que le di a mi gente del cual me arrepiento muchísimo que en sí lo consciente que fui yo de todo. 

En fin, sin intención de competir con 100 años de soledad voy a intentar resumir todo lo más posible.

El dolor de cabeza ha revelado lo peor. Después de todas las pruebas que me han hecho se ha sabido que tengo afectación en el cerebro, es decir, hay metástasis.

Mi oncóloga, por la que ya he declarado mi admiración, mi respeto, mi cariño, mi confianza ciega y, por qué callarlo, mi amor, lejos de rendirse lo transforma en una oportunidad y me dice que demos las gracias porque me pasara porque así sabemos contra qué debemos luchar y hacerlo. 

Yo el día que repartieron salud igual me pilló con mi gente y no llegué a tiempo pero sí estaba con mi gente...me conformo.

En fin, que en esas estamos. Vamos a por mi cabecita que aunque la historia ha cambiado porque reconozco que tengo miedo, mucho miedo, me habéis pillado con la estímulina alta y estoy medio convencida de que esto va pa alante (y tengo permiso de mi doctor estímulina de animarme con lo que me venga en gana porque me ha pautado barra libre, así que no voy a ser yo la que además de luchar con una enfermedad me toque pelearme con los médicos).

Después de estar 11 días en el hospital que lejos de aburrirme y pasarlo mal ha sido un absoluto descubrimiento voy a intentar RESUMIR todo. 

Lo primero, he descubierto mi verdadero yo: soy gitana. No me apellido ni Heredia, ni Montoya. Mi moreno de piel responde a la nueva quimio y en mi casa somos dos hermanas pero ahora entenderéis todo.

Como buena gitana (y matizo que estoy hablando con el mayor de los respetos y que sí tuviera que firmar en algún lado para pertenecer al mundo gitano tardo media horita en llegar a donde sea) me gusta celebrarlo todo. Yo soy de las de dame una barrita de pan, baja a comprar unas coca colas y dame una excusa como que hoy es hoy y ya tenemos fiesta gitana. Además os diré que espero la mínima para gritarte aquello de "te como
toa tu cara", que aunque canto regular me gusta más un olé flamenquito que el respirar y que como buena gitana soy de las que aprovecho tanto tanto tanto la vida que a los 36 podría ser abuela de una prole. Sin mencionar que me gusta más estar rodeada de los míos que comer...

Pero por sí esto os parece poco...yo que no soy una fashion victim pero soy de las que va a trabajar en taconazos, que me gusta a mi ir mona y currarme los modelitos hasta para echar un certificado en correos...ha sido pisar el hospital y descubrir las ventajas de pasearte en pijama y pantuflas...de verdad, la sabiduría gitana debía implantarse porque para qué sufrir en tacones pudiendo ir cómoda como nadie con zapatillas de estar por casa??

Pero por sí esto no os parece suficiente, voy a daros unos datos más. El primero, mi hermana me enseñó el año pasado una técnica infalible para medir el ancho de las braguitas traída de Nueva York pero utilizada en los mercadillos de la zona sureste que me conquistó; y Ernesto cada día se parece más al papa gitano que protagoniza la imagen de "palabra de gitano"...que yo no quiero exagerar, pero noto que tengo alma de gitana.

Y por sí esto fuera poco...mato porque Ernesto me diga aquello de "gitana, tú me quieres??" Y yo decirle..."mah que a mi vida".

Pero bueno, que ahí va el último dato por el que entenderéis mi sentimiento...vino al hospital a verme, sin exagerar (porque no tengo narices a contarlas) unas 60 personas (sin contar los que decidieron que ir al hospital era más importante que ir a trabajar y estaban ahí diariamente)...

Así que me río yo de las mamas gitanas que para eso estoy yo aquí...y ese es mi objetivo de ahora...pasar a la historia porque mi nieto en la edición "palabra de gitano del 2087" hable de su abuela como la primera paya que se convirtió en mama gitana (y con esto me animo yo). Y porque sí toda mi gente se pasó por el hospital sólo por verme...no me veis en mi boda gritando aquello de "por favo, si me queréis irse". Y porque las gitanas somos de las que no sabemos de dónde, pero sacamos fuerza y coraje de donde los payos no saben.

En fin, cosas mías aparte, ahora que he decidido decir lo que pienso, siento y me parece amparándome en que gozo de inmunidad (y que mi pobre gente no tiene narices a enfrentarse a la mama) pues a vosotros también os toca aguantarlo. Así que os doy barra libre a todos los que creáis o tengáis técnicas de suerte para ayudarme en esto (es egoísta porque muchos ya lo hacéis sin conocerme y sin pediroslo pero la inmunidad me deja que yo pida). Y que sí me decís que conocéis una técnica infalible de que comiendo aceitunas con un ojo guiñado mientras dices la tabla del 9 en ruso...que yo lo hago y lo mejor de todo, es que mi gente se ofrece a comer una aceituna por mi cada 36 segundos y medio. Porque ya dejando el tema de mi alma gitana, diré que existen gitanos con menos familia alrededor, y no es por ir de flipada.

Como me gusta a mi dar cambios en el post para teneros atentos llega mi momento de agradecimientos a la gente del hospital. Desgraciadamente en mi casa la zona de oncología de los hospitales madrileños es algo que nos ha tocado vivir de cerca. Y me cago en todo porque me podía haber tocado vivirlo siendo enfermera, auxiliar, o porque pasaba por ahí...pero como yo soy de las que me gusta dar las gracias y sacar las cosas buenas...me declaro fan incondicional de todos los profesionales que forman parte del mundo sanitario en general y de oncología en particular (porque están hechos de una pasta especial). No sólo porque han subido a verme sólo para darme un abrazo y darme ánimos (sin amenazas del clan gitano, sólo porque les salía y querían achucharme)...MIL MILLONES DE GRACIAS. Porque vienen las auxiliares a tomarte la temperatura y celebran que tengas 36 como sí les acabara de tocar la lotería, porque te llega el enfermero de por la noche y te dice "hola Olga, yo voy a ser tu enfermero de esta noche, así que aquí estoy para lo que necesites" (ríete tu de los hoteles de millonarios que yo me llevaba a toda la enfermería española y a los auxiliares a mi casa, que me los como a todos). O entra el oncólogo de guardia con cara extrañado y te dice "pero tú por que sigues aquí?? Sí yo te veo estupenda!". 

En serio, he estado tan tan cuidada, mimada y querida que creo que me han investigado por sí en lugar de apellido gitano me apellidaba Marañón...lo mejor de todo es que sé que es porque son profesionales todos, no por mi así que igual voy más allá...y me propongo crear un centro oncológico con mi nombre, sólo para hacer la mitad de llevadera la estancia en el hospital a todos los pacientes que se encuentren en mi situación, ahora, me llevo a todos los que han compartido el ingreso conmigo...porque os como a tod@s. Gracias, gracias y un millón de gracias.

Iba a contaros también mi semana en casa, mi 27 cumpleaños y mis últimas novedades...pero no quiero que me odiéis ni que me denunciéis por pesada así que voy a acabar con mis recomendaciones por sí tenéis que ser hospitalizados alguna vez (que no lo deseo y que ya pido yo por vosotros para que no os pase nada, que las gitanas somos muy de proteger a nuestros polluelos).

En fin, recomendación primera: pedid menú infantil (más propiamente llamada dieta basal pediátrica). Para mi madre, a pesar de mis 27 recién estrenados años, sigo siendo su niña (y reconozco que me
encanta) y ella apurada porque no me gusta el café le pidió a Cristina, una de las enfermeras, que sí me podía dar cola cao y nos chivó la posibilidad de pedir menú infantil en el que te ofrecen san jacobo frente a puré de zanahoria...y no hay color. Por cierto, he de decir que sí esperábais que criticara la comida de hospital, no lo voy a hacer...vale que yo soy de buen comer pero reconozco que me comí unas lentejas que me quitaron el sentido, que la sopa estaba muy apetecible y que...con toda la comida que mi gente me traía de contrabando...he salido más gorda, pero me encuentro como nunca. Chuches, dulces, meriendas, tortilla...hasta ensaladilla rusa (es de gitanos o no?)

Y llega la parte más bonita pero la que más me cuesta. Mi parrafito para mi gente. Yo ya sabía que mi gente molaba. No porque desde que estoy malita me han dado la fuerza que necesitaba sí no porque he estado 10 días en el hospital y no he estado sola ni un minuto (y cuando me refiero a no estar sola quiero decir que había turnos para pasar a la habitación). Porque no hablo de la gente de primera línea refiriéndome con ello a tus amigas a las que les cuentas secretos inconfesables, con las que has pasado el momento más vergonzoso de tu vida o el más peligroso...me refiero a madres, herman@s, amig@s de amig@s, novi@s, mujeres, maridos, prim@s, vecin@s, gente de mi gente en general, todo el mundo. Luego intento no ir de flipada pero sí me tengo que curar porque mi gente me ofrezca bonus track
de vida...ya no lo prometo...lo aseguro, ME VOY A PONER BIEN.

No sé como dar las gracias, sólo puedo decir que OS QUIERO. 

Y entonces mi post de hoy termina así: 

Como cambia la película...de maldecir al mundo a sentirte envidiada y sentir pena por los que jamás experimentaran tanto amor y sonreír y dar gracias a Dios por tu gente. 

Porque mi hermana una vez me dijo una frase que cobra todo el sentido un día como hoy: sola no puedes, con tu gente si.

Palabra de gitana 










PD. No os enfadéis si no os gustan las fotos...y esta noche todo el mundo a escuchar Radio Nacional de 12  a 1. Gracias a todos!!

martes, 4 de marzo de 2014

Mi 14 de Febrero

El 14 de Febrero fue un día especial para mi. No sólo se celebraba el día de los enamorados (que a pesar de lo "loquita" que me tiene Ernesto nunca hemos sido de celebrarlo) sino que en mi caso...se cumplía un año desde que me dijeron que tenía cáncer y significa que llevo 365 días luchando contra este monstruo y adaptándome a mi nueva vida.

Como era de esperar...el día fue bastante complicado. Traté de llenar mi día de cosas para estar ocupada y no pensar. Pero llegaron las odiosas 8 de la tarde y a pesar de que mi amiga Mariu se esforzaba en mandarme raps personalizados para animarme, a pesar de que todo el mundo se acordó de mi y me mandaba mensajes de ánimo recordándome que no estoy sola en esto...yo no pude evitar derrumbarme. Y llorar, llorar y rellorar. Y gritar, y odiar a todo el mundo y no querer salir de casa.

Pero entonces apareció él con una excusa que vencía a mi mal día. "Venga enana, me estás diciendo que no quieres verme el día de San Valentín?" Insisto en que creo que Ernesto ni siquiera tiene claro qué día es San Valentín, pero sea como fuere, yo no podía perder la oportunidad de explotarle este año y tener un día de San Valentín con cenita y partida de bolos, un caramelito!

También he de explicar que por distintos motivos llevaba meses sin ir a ver mi psicóloga y aunque vaya de durita...la necesito más que al respirar así que como fui la semana pasada, pues veo las cosas de otra forma y mucho más llevaderas que mi 14 de febrero.

Porque aunque es el día a día lo que cuenta, hay días que no puedes más y eso es lo que me pasó. Porque físicamente me encuentro bien y tengo fuerzas para seguir pero...empiezo a estar cansada y aunque me cueste reconocerlo y sólo se lo diga a Guada: tengo miedo. 

Y aquí voy a terminar, porque tenía muchas muchas ganas de escribir este post y muchas cosas que contar pero ahora mismo no me salen las palabras.

Si me quedan fuerzas para dar las gracias a todos, todos los que el 14 de febrero sin estar enamorados de mi os acordasteis de mi, y a aquellos que desde hace un año camináis conmigo y me ayudáis a pelear cada uno con sus armas y con mucho cariño y paciencia, a todos los que me recordáis que me voy a poner bien...

Y una mención súper especial a todo el equipo médico del Hospital Gregorio Marañon porque me están tratando de lujo.

Porque como dice mi amiga Elvi "aunque sé que me queréis y que estáis ahí...a veces todos necesitamos que nos lo recuerden".