Y es que queramos o no, tu vida y la de tu alrededor cambia. Cambia tu cuerpo, cambian tus ambiciones, cambia tu día a día y cambian tus ilusiones.
Y cambia tu forma de querer cumplir tus sueños porque no te basta un "ya me pondré con ello", solo vale un "vamos a por ello".
Por eso me angustia y preocupa tanto que me garanticen que yo seré mamá. Es mi sueño creo que desde que tengo uso de razón y encima me he enamorado y planeo mi futuro junto a alguien que también tiene ese sueño con lo cual, sin quererlo, se va haciendo más grande.
Pero dado al tratamiento al que me están sometiendo, por el que me han provocado una menopausia adelantada y por el que congelé hace ya casi tres años 14 de mis óvulos soy consciente de que un hijo biológico será algo difícil pero no imposible.
No descarto la adopción o cualquier forma que haga que una personita crezca a mi lado llamándome mamá y al que yo pueda criar y querer con todas mis fuerzas...
Pero un momento, no sólo tengo ese sueño, tengo unos mil millones más y os prometo que emplearé mis fuerzas y mi cariño en hacerlos realidad.
Porque las ilusiones, los sueños, son los que me hacen y nos hacen levantarnos cada mañana; los que te hacen sonreír; los que hacen que te mires en el espejo y durante unos segundos hasta sonrías; los que te distraen en la ducha y te hacen que te dejes llevar y te sorprendas a ti misma cantando a voz en grito...
Y los que hacen que en la cama a punto de dormir olvides durante unos segundos tu puta enfermedad y sólo te ocupe al cabeza si mañana volverás a recorrer como un niño pequeño los pasillos de Ikea o te sientas "Manolo y Benito" comprando cosas en Leroy Merlin.
Porque esa es mi ilusión de hoy: alquilar, decorar y redecorar, y hacer nuestro hogar de la antigua casa de mis padres en Rivas junto a Ernesto. En nuestro barrio, cerca de nuestros amigos, en la casa en la que sigo creciendo...y donde tengo mi ilusión puesta.
Con mis días buenos, con mis días malos...que nada me quite la ilusión por la que salir de la cama cada día, levantarme y pelear. Con mi peluca puesta, con el todoterreno de Ernesto, con los tuppers de nuestras madres, las aportaciones decorativas y personales de la gente que nos quiere y las apariciones sorpresa de nuestros amigos y sus "pasaba por aquí".
No dejéis de hacerlo, me dan la vida y me dejan seguir ilusionándome.
Así que estéis malitos o no, buscad ilusiones y sueños, que son los que mueven nuestras vidas.