domingo, 23 de noviembre de 2014

Lecciones de vida

Mi abuelo tiene 94 años, mi abuela 88 y mi otra abuela 87 (no sé yo sí les hará mucha gracia que haga público sus edades pero sé que ellos siempre me perdonarán todo) y no os descubro mucho sí confieso que les adoro, que les admiro y que para mi son todo un ejemplo a seguir. (También quiero mencionar a mi abuelo Antonio que aunque nos dejó hace unos años yo sé que desde arriba me cuida, porque yo era su "nietiña").

En fin, todo esta introducción tiene su explicación. Esta semana me escapé a ver a mis abuelos, con permiso de mi oncóloga, para estar unos días con ellos. Y aunque tendría mil cosas que contaros de estos días que dieron para muchísimo quiero compartir con vosotros un ratito que tuve con mi abuelo.

Para los que no lo sabéis, mi abuelo fue durante 50 años el médico de Guardamar y a pesar de que ya tiene escrito un libro, creo que debería escribir un blog para que todos conociéramos las anécdotas de un médico rural.

La otra tarde, hablando con él yo le miraba con miedo por estar malita y con envidia por las mil historias que él me estaba contando. Entonces, cuando yo le estaba explicando la relación tan especial que tengo con mi oncóloga, lo que confío en ella, lo bien que me hace sentir y lo afortunada que me sentía porque ella dirigiera esta aventura, me dijo algo que los que estáis enfermos y los médicos entenderéis a la primera: "Mira Olga, los médicos están para curar en ocasiones, para mitigar el dolor muchas veces y para consolar siempre". 

Y a continuación me dijo la frase que me ha dado la fuerza que quizás había perdido estos días: " Hace dos años me dijeron que me moría, que no había mucho que hacer. Y a pesar de mi edad, pensé en vosotros, en mis nietos, y me dije a mi mismo: yo quiero saber qué pasa con ellos, qué hacen con sus vidas. Y aquí me tienes, viendo cómo Marta se ha casado, como Álvaro prepara oposiciones, cómo Maruqui ha terminado su carrera..." Y ahí entendí todo: YO TAMBIÉN QUIERO SABER QUÉ PASA CON MI GENTE y lo dejo escrito para mis días tontos. Porque tengo que buscar fuerzas y ánimos de donde sea.

Así que sí me dejáis daros un consejillo a los que estáis malitos (y a los que no también) escribiros aunque sea en post it las cosas que os hagan sonreír, aunque sean tonterías, que aunque el día sea muy muy malo sé que os hará sonreír, estoy convencida. 

Y sí no os mando a ver a mis abuelos o a mi abuela que no sé cómo lo hacen pero me dan VIDA y sí no lo sabían, yo se lo dejo escrito.

Gracias...

lunes, 17 de noviembre de 2014

Cambio de catéter

El día 7 de Noviembre mi amiga Ely como el año pasado decidió invitarme al concierto que la Asociación Española Contra el Cáncer hace en homenaje a las mujeres que tenemos o han tenido cáncer de mama y como os imagináis ya vistiéndome y buscando una camiseta rosa yo ya estaba más tierna que un bizcocho recién hecho. 

Allá que nos plantamos, y yo, como un niño que va por primera vez a ver la cabalgata de Reyes, no paraba de mirar a uno y otro lado porque aunque no era obligatorio que todas tuvieran cáncer yo me sentía como "comprendida" entre todas aquellas mujeres. 

También estaba preocupada porque una de mis últimas crisis epilépticas pudo ser causada por todas las luces y el ajetreo que suponen estos espectáculos porque me agitan y mi cuerpo y mi cabecita también. Yo me encontraba bien aunque he de reconoceros que estaba un poco preocupada por sí me volvía a poner malita.

Terminó el concierto en el que me pasó de todo. Lloramos, reímos, cantamos, nos achuchamos...Después nos fuimos a ver a mis amigas que estaban en casa de una de ellas (he de adelantaros que aparte de que mi amiga Mariu es una de las personas que más me hace reír en mi vida, yo estaba un poco más agitada y revolucionada de lo normal y estuve todo el rato riendo sin parar) Luego vino mi hermana a recogerme y al llegar a casa yo, que no había cenado...NO TENÍA HAMBRE (y eso en mi...malo, malísimo y rarísimo).

Esa noche dormí con mi madre y me tiré toda la noche con tiritona. Cuando mi madre comprobó que tenía fiebre (a las 4 de la mañana) mi padre decidió llamar a Jesús Sanchez Martos (el pobre disponible para mi las 24 horas del día) y después de paracetamoles y siguiendo con fiebre mi madre habló con mi oncóloga y decidieron que me fuera al hospital (algo que me sentó fatal porque yo estaba ahí en mi cama con un dolor de cuerpo que me dolían hasta las pestañas y no me apetecía moverme, la verdad).

Llegué a urgencias algo que me pareció toda una aventura porque mis últimas entradas en urgencias han sido sin yo enterarme y en camilla. 

Cuando ya me tocó pasar estaba Ana, un encanto de oncóloga que le tocaba la guardia y que no pudo tratarme con más cariño ni tranquilizarme más. He de añadir que estaba en contacto directo con mi oncóloga que es un regalo y que siempre se preocupa mucho mucho por mi.

Olgadas: No paraba de tratar de enterarme de qué le pasaba al resto de pacientes (sí, soy una marujilla de corazón) y que pasó una de las médicos que me conocen de urgencias y me dijo muy cariñosa "hola Olga, ¿cómo estás?" y el paciente de la lado me miró como pensando "a mi no me gustaría que me conocieran en urgencias por mi nombre, eso es que ésta viene aquí a todas horas" pero yo encantada.

También quiero agradecer a mis papis que aguantaran horas y horas allí, que me hicieran reir y distraerme con cosas como "hija cuando entras con camilla esto va más rápido" y...QUE ME COMPRARAN DONUTS!!

Además, nada más lejos de lo que se ven en las pelis y series que entras y gritan "mujer, 27 años, fiebre..." y vienen 20 médicos corriendo. A mi me indicó dónde ir un señor de seguridad que era muy agradable pero que me hizo esperar.

En definitiva, después de los cultivos que me han hecho y de diferentes analíticas, el resultado es que tengo el catéter infectado y corro el riesgo de tener una infección cada vez que se usa. Entonces tras hablar mi oncóloga con la microbiologa (que me conoce de cuando estuve tanto tiempo ingresada) y además que yo lo que diga mi oncóloga va a misa porque confío 100% en que ella busca lo mejor para mi...así que mañana me toca cambiármelo.

Y aunque después de todas las pruebas que me he hecho y todos los malos ratitos que he pasado esto es lo de menos, no os voy a engañar y estoy un poco angustiada. Además la primera vez que me lo pusieron tenía a Lola, Inma y Carmen dándome la mano y dístrayéndome, y a pesar de eso lo recuerdo con angustia.

Pero bueno, mañana veremos que tal va aunque confío en que genial.

Y que como dice mi oncóloga "que todo sea esto".

No he vuelto a tener fiebre y a todo el mundo del hospital que se lo he contado no han mostrado preocupación así que yo tampoco.

Os seguiré contando. Un beso enorme a todos y...a escuchar esta canción que es la que este año ha hecho Pablo López para las mujeres con cáncer de mama y que es...especial.

https://m.youtube.com/watch?v=vU1WR5H3-kM



sábado, 15 de noviembre de 2014

Ver los toros desde la barrera

Ahora mismo estoy escribiendo el post mientras me dan otro de mis chutes (cuando lo publique es otra cosa). La oncóloga me ha dicho que sigue todo bien, que me tengo que seguir haciendo pruebas y que seguimos para adelante.

En el anterior post os conté que ahora estaba ejerciendo de enfermera y es que en mi casa no nos libramos de nada (o somos muy buenas o nos portamos muy mal en otra vida, que cada uno lo tome como quiera). Pero mis abuelos aún no sabían nada y no quería que se enteraran por aquí.

No me acuerdo muy bien sí alguna vez os he contado la historia de mi madre. MI MADRE ES UNA GRANDE, UNA JEFA, UNA CAMPEONA, UN EJEMPLO.
En el año 1998 la detectaron un cáncer de mama contra el que decidió luchar por sus niñas, por su marido y por todos los suyos (entonces no era tan "normal" que alguien tuviera cáncer); en 2004 nos cuentan que tiene metástasis en hígado, algo que nos sonaba a chino pero que la tuvo ingresada y contra la que los médicos tuvieron dudas de poder hacer algo. El día que a una niña de 16 años (yo) le dicen que a su madre le retiran el suero porque ya no se puede hacer más a esa niña el mundo se le destruye. Además ves como tu padre, tu tía o tu hermana mayor hacen como sí no pasara nada y te dicen frases como "venga que nosotros podemos con esto" cuando que te quiten a tu madre es lo peor que te puede pasar. Esa noche decidí dormir en el hospital porque quería estar con ella cada segundo que le quedara y entonces ella, después de ver los sándwiches que mi padre y yo teníamos para cenar me dice "ay hija dame uno que tengo hambre" (como ya os habré comentado en otras ocasiones en mi casa somos de buen comer e igual que yo pido un donuts cuando me despierto mi madre quería un sándwich). Yo le decía que ahora venía su cena cuando sabía que no iba a venir porque la mantenían ya hasta sin suero, pero la pobre me seguía pidiendo un sándwich. 

Entonces apareció Jesús Sánchez Martos (que igual me mata sí cuento esto) y después de ver a mi madre pidiéndome el sándwich unas catorce veces más, me dice:"¿y por qué no le traes un sándwich a tu madre?".Yo le expliqué las indicaciones de los médicos de no darle de comer y él, después de escucharme con atención, se gira con unas monedas en la mano y me dice:"toma, súbele un mixto y shhhh" y después de obtener la aprobación de mi padre y el guiño de Jesús, bajé a la cafetería a por el dichoso sándwich que mi madre devoró y que algo tuvo que ver con el milagro de que mi madre siga hoy con nosotros dando guerra.

No sé sí me habré explicado muy bien pero tampoco había contado esta historia por escrito jamás y a muy poca gente en persona (porque me da cosilla recordarlo y porque a mucha gente no le gusta escuchar estas historias).

En fin, que todo esto viene para explicaros que mi madre es una luchadora, un ejemplazo a seguir y una campeona. Así entenderéis el dicho "de tal palo, tal astilla".

Y bueno, ahora que lleva la pobre dos años estando en un segundo plano, más preocupada por mi que por ella, en una de sus últimas revisiones le han detectado en el mediastino otro tumor del cual debían tomar una muestra para identificarlo y luchar contra él, pero al no poderse tomar esa muestra a través de endoscopia tuvieron que intervenirla hace unas semanas y por ello estuvo un día ingresada en el Hospital Clínico San Carlos.

Igual que os digo que el día que repartieron salud o buena suerte mi madre y yo no encontramos la cola, el día que repartieron amigos nos debimos poner ocho veces porque ni os imagináis la de gente que vino a ver a mi madre antes, durante y después de la intervención (la señora que estaba en la habitación en la que estuvo antes de la operación estaba impresionada y yo creo que sí operan al rey no hay tanta gente pendiente, imposible!! Desde aquí me gustaría darles las gracias de todo corazón.

Yo, mientras estuve en el pasillo esperando, tuve la suerte de estar también arropada además de por mi tía y por mi padre, por amigos de mis padres y de conocer a alumnos de enfermería como Lidia que ya conocí en una clase que tengo pendiente de contaros y que fue un placer aunque he de reconocer que cuando conozco a gente que lee mi blog me da mucha vergüenza, me quedo sin palabras y me da la sensación de que les defraudo.

Pero en fin, lo bueno de esto es que mi madre salió bien de la operación y que aunque el tumor es maligno estamos con las pilas cargadas y con la mejor de las sonrisas para ir contra él (también cuenta la medicación, claro).

Como lleva de título de este post esta vez era yo la que "veía los toros desde la barrera" y me tocó ejercer de enfermera y dormir en el hospital con ella ya que mi hermana estaba en su viaje de novios (y no la contamos nada hasta el día siguiente) y a mi tios me puse tan tan cabezona que no tuvieron opción. 

Ole ole y ole por todos los que han pasado noches en el hospital conmigo porque los pacientes somos pesaditos. Ahora agua, luego la cena, luego ir al baño, luego me levanto, luego me tumbo, luego otra vez agua, luego no encuentro postura...

Pero sólo me he dado cuenta ahora que me ha tocado ver los toros desde la barrera.

Y luego llegar a casa y seguir ahí peleando día a día, y acostumbrarse a la nueva medicación que la deja destrozada, y poner una sonrisa cuando estas cansada, y entender que de repente sienta angustia, y de pronto mucha hambre, y ahora prefiero dormir...

Pero cuando quieres a alguien se te olvida el cansancio, y la tratas de entender y sólo miras al cielo y pides que se recupere.

Afortunadamente ella es fuerte, más que nadie que os podáis imaginar, y yo, cuando estoy sin fuerza, la miro y la admiro. Y admiro a mi padre por seguir a su lado y ayudarla y respirar cuando quisiera gritar.

Y aunque tengo mil días malos giro la cabeza, le sonrió y espero a que ella me diga "venga Olgui, que nosotras podemos". Pero prefiero torear porque a pesar del miedo duele más ver a uno de los tuyos malito que cuando tu lo estás.

Gracias mamá por ser un ejemplo, gracias mamá por seguir luchando, gracias mamá por existir.

Te quiero

Tu Olgui

sábado, 1 de noviembre de 2014

Tac estable

Bueno, antes de nada, de nuevo disculparme por tardar en escribir. De verdad que pensaréis que no hago mucho en mi día a día pero la verdad es que no paro y esta semana he estado a tope con la universidad y de enfermera (ya os contaré un día con quien que por ahora no puedo) así que he tenido poco tiempo para mi y para mis cosas, pero como dice mi oncóloga es mejor estar ocupada con cosas y así dejamos a la cabecita poco tiempo para pensar porque sí os soy sincera sigo tristona por lo que pasó en la boda de mi hermana. 

Esta semana me ha tocado TC (se escribe así pero yo pongo tac y así me entendéis todos). Lo cierto es que desde que empecé con esto me habré hecho 50 tacs y después de meterme para el cuerpo un plato y medio de unas lentejas que hizo mi madre "pa quitarse el sentío" cojo los papeles para irme al hospital a hacerme la prueba cuando leo "el paciente deberá venir con 4 horas de ayuno" y yo llevaba 5 minutos de ayuno cuando lo vi. Pero me dijo mi padre que fuéramos y le explicásemos lo que pasaba a ver qué teníamos que hacer.

Afortunadamente, aunque en mi casa para esto de las enfermedades tenemos mala suerte he de decir que por otro lado tenemos suerte con la gente que nos rodea y con la gente que nos encontramos y este fue un ejemplo. El auxiliar que estaba en el tac era un verdadero encanto y me explicó que tenía que esperar hasta las 6 y que no me preocupara porque no era la primera ni la última a la que le pasaba (cosa que me tranquilizó porque me sentía realmente ridícula). Así que me fui al Corte Inglés con mi madre y mi padre a hacer recados, fui a ver a mi amiga Carmen que había sido mama de una preciosa niña (en serio que no os puedo explicar lo bonita que es) y después me fui a la sala de espera del tac donde no pude parar de reírme con los abuelillos que había y que no paraban de buscarte con la mirada para establecer una conversación. 

Cuando entré en la prueba y dado que tienes que estar un ratito tumbada y salvo cuando la maquinita te dice "coja aire y no lo suelte" o "ya puede respirar con normalidad" te da tiempo a pensar o "rallarte" como diríamos la gente joven.

A mi me tocó pensar en María (la hija de mi amiga Carmen) y en Emma (sobrina de mi amigo Giorgio y que ha nacido hace unos días) que acaban de llegar a este mundo, que merecen ser felices y que les quedan mil cosas por experimentar; que por muchos dolores que se pasen también quiero vivir un parto; me tocó maldecir al mundo porque a mi me tocara estar haciéndome esa prueba cuando tengo edad para estar tomándome cañas, copas o maldecir a mi jefe por quedarme media hora más...pero también pensé en que tengo otras cosas que en esa sala de espera había y que muchas veces quedan en un segundo plano: los acompañantes y sobre todo las parejas que están día a día en el camino y que aguantan gritos, malas contestaciones, que están en cada prueba, en cada consulta...

Porque no sé sí les pasa a todos los pacientes pero a medida que va pasando el tiempo y que debería estar "más acostumbrada" voy más asustada a las pruebas. Y tengo más miedo a los resultados y tengo más miedo a todo. Afortunadamente el resultado de este último tac ha reflejado que está todo estable y no puedo explicaros ¡¡lo contenta que estoy!! Porque es un paso más que damos y un respiro hasta el próximo tac. 

Me quedan por delante un ecocardiograma el próximo lunes y una resonancia que aún no tengo fecha.

Os pongo el enlace de una campaña de Ausonia que anima a las mujeres a que se hagan mamografias y que como puse en mi Facebook me ofrezco a ser la acompañante a esas pruebas de quien quiera. 

https://m.youtube.com/watch?feature=youtu.be&v=cRyP1WiQgjE

Y una última cosa que quería contaros es que tuve la suerte de conocer en el Hospital Clínico San Carlos a unas alumnas de enfermería que leen mi blog, y lo primero quiero disculparme porque estuve muy sosa pero me daba mucha mucha vergüenza y después quiero darles las gracias por seguirme y por el cariño que me demostraron ¡sois geniales y ha sido un placer conoceros!

Tengo muchas cosas que contaros así que prometo escribir pronto.

Os enseño una foto de estos días para que veáis como voy con mi pelito corto porque muy a mi pesar me tuve que quitar las extensiones para hacerme el tac (porque no puedes llevar nada metálico) y como mi peluquera no estaba en Madrid ¿quién creéis que se lanzó a quitármelas? 

Un besazo a todos y como dice el video de Ausonia "JUNTAS SOMOS MÁS FUERTES"